Las políticas del código abierto: la revolución de la producción colectiva

Traducido por: Lic. Fernando Rojas Andrews

El concepto de software de código abierto puede ser definido de forma inocente como practicas de producción y desarrollo que promueven el acceso a los códigos fuentes de un producto. Sin embargo, este concepto tiene un radical y revolucionario potencial. Cuando enfrentamos este fenómeno, necesitamos preguntar de qué manera este se contrapone a nuestros paradigmas tradicionales de producción y como es que pueden ser utilizados por los actores interesados en la creación de valor público.

La forma tradicional de pensar en la creatividad es ver el concepto a través del lente de la propiedad intelectual. La metáfora de la propiedad para la producción intelectual nos permite asignar dueño a la ideas, para ingresar al vocabulario de la exclusión (territorial), y usar las imágenes de robo y piratería para describir cuando alguien ilegítimamente accede a los bit y bytes creados por otros. Esta forma de pensar nos limita con marcos conceptuales que en términos legales, políticos y sociales son discutidos actualmente. El código abierto es una reacción a estos marcos, utilizando esta perspectiva para transgredir la institución jurídica del derecho de copia con el “izquierdo de copia” “cualquiera que redistribuye el software, con o sin cambios, debe dar la libertad de copiarlo y modificarlo más. Copyleft [izquierdo de copia] garantiza que cada usuario tiene libertad” (http://www.gnu.org/copyleft/copyleft.es.html).

La creatividad como una metáfora de la propiedad tiene ciertas incongruencias con aspectos de la producción intelectual, especialmente con los estándares. Los estándares son importantes porque permiten asignar signos arbitrarios (como lenguaje, sistema métrico o USB). Los estándares derivan de la efectividad de ser aceptado por una comunidad de usuarios y no de la creatividad del momento de un creativo (piense en las vías de tren que fueron creadas en base a la medida de una carreta jalada por burros de Newcastle en los principios del siglo XIX). Es por tanto que el valor de lo creado por un acuerdo colectivo se revierte en signos arbitrarios.

Y con esto la pregunta se vuelve meramente política. No estamos conformes con el reconocimiento a la propiedad intelectual de los políticos – ¿deberían Iturbide y Guerrero recibir los derechos de propiedad intelectual por establecer México? El reconocimiento a ciertos actos creativos como sujetos de propiedad basados en criterios arbitrarios presenta estándares que ahora se cuestionan.

En la nueva interrogante económica de establecer estándares se observa un movimiento hacia una idea centralista. Corporaciones y actores gubernamentales son presionados para abrir los estándares y así asegurar interoperabilidad, versatilidad de datos, y competitividad en los mercados de software. El código abierto una forma de producción que abre estándares y asegura que estos permanecerán abiertos, llevando la propiedad intelectual a las manos de la colectividad.

Pero el código abierto es más que abrir estándares. Es tan radical hasta el momento que describe un proceso de producción alternativo al mercado basado en la producción propietaria: los procesos de producción colectiva.

Cuando confrontamos una nueva forma de proveer y administrar nuestras vidas sociales, debemos ser escépticos. Recordemos bien el último cambio serio en el mercado base: el socialismo. Por lo que tenemos que preguntarnos que tan viable es el código abierto como modelo de producción y como impacta los modelos de negocios y en la creación del valor publico.

La viabilidad del código abierto depende de dos factores. Primero, ¿hay suficientes personas interesadas en trabajar durante su tiempo libre para resolver los problemas de otros para a su vez aprender a resolver un problema, o estos están inclinados a la producción colectiva? Segundo, ¿existen compañías privadas y actores gubernamentales interesados en aplicaciones de código abierto y en un ambiente de código abierto por razones estratégicas? La respuesta rápida es sí, sobre un X número de personas inmiscuidas que han invertido X numero de horas a los proyectos de código abierto en los últimos 5 años y con compañías como IBM, Sun, Red Hat, etc. que han invertido billones de dólares en proyectos. El debate del porque las personas y las compañías contribuyen sigue abierto, pero al parecer el aprendizaje, status y las razones estratégicas (junto con otros factores) lo explican.

Entonces, ¿deben los gobiernos apoyar activamente el desarrollo del código abierto, a través de regulación y mediante una adaptación de los hábitos, esto como consumidores de software? No hay una respuesta fácil para esto, y depende de que tanto creamos en el éxito de una política estatal de corte industrial. Para los actores gubernamentales la creación de un valor público recae en la creación de ecosistemas de software robustos que contribuyan a la salud económica de los estados.

Con la apertura del código de productos finales se logra un escrutinio público, el código abierto nos permite un acceso a algo ya creado lo que emociona a los pensadores que desean entender, mejorar y crear sobre esta base. Esto permite a quien sea, donde sea y cuando sea, el aprendizaje de las nuevas tecnologías y la participación en la creación de la punta de lanza de la producción colectiva.

La habilidad de copiar, modificar y redistribuir el código fuente sin pagar cambia la estructura del costo de los proyectos de software. Normalmente, costos de licencia forman gran parte del costo total de cualquier proyecto, esto dependiendo del costo de los salarios los que varias según cada país. En México, los costos de licencia tienen mayor representación en el costo total del proyecto que en Estados Unidos, así que el tradicional argumento de que las licencias tienen un costo insignificante no funciona aquí.

¿Y como esta tendencia al código abierto afectara a la industria del software mexicana? Hablando bruscamente las compañías de tecnología de la información que ganen dinero por costos de licencias como Microsoft,
perderán ingresos cuando el ecosistema sea primordialmente de código abierto y al mismo tiempo las compañías que ganan por servicios incrementaran su utilidad (asumiendo que el costo total de los proyectos sea similar).

Mediante un mayor apoyo al software de código abierto en México, las comunidades desarrolladoras que cuentan con acceso total a la tecnología serán adoptadas, el software se compartirá entres oficinas gubernamentales y el acceso a las fuentes de software necesario será asegurado.

¿Esto significa que los gobiernos deben apoyar el código abierto? Esta pregunta no puede ser resuelta en un nivel abstracto porque hay muchos factores a considerar, pero lo que se puede decir que ésta será una de las controversias políticas mas importantes que resolverá la sociedad de la información. Por lo tanto, es de suma importancia para los actores gubernamentales en México ser versados en las políticas (globales) del código abierto.

About Philipp

Philipp Müller works in the IT industry and is academic dean of the SMBS. Author of "Machiavelli.net". Proud father of three amazing children. The views expressed in this blog are his own.

29. September 2006 by Philipp
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